La detención de cuatro mandos de corporaciones municipales de seguridad pública y la orden de aprehensión contra uno más, así como la desaparición de otro, todos ellos por estar presuntamente vinculados a delitos como secuestro, extorsión y tener vínculos y proteger a grupos delictivos deja al descubierto la red de complicidad que sólo perjudica a las instituciones y por tanto a la sociedad.
Los mandos policiacos detenidos corresponden a los municipios de Acambay, Aculco, Coatepec Harinas y Tlatlaya; el de Atlacomulco se encuentra prófugo y al que no localizan es al de Temascalcingo.
Sin generalizar porque sería incurrir en un error, esta situación demuestra que en la cadena de seguridad uno de los eslabones más endebles se encuentra precisamente en las corporaciones municipales, que son las que tienen en teoría, un contacto más cercano con la población.
Hay que recordar lo que ocurrió también con 10 policías municipales de Nicolás Romero que en junio de 2024 fueron vinculados a proceso por proteger a grupos de la delincuencia organizada, así como por estar involucrados en los homicidios de un grupo de choferes de taxi por aplicación.
En el Estado de México en el año 2010 se contaba con un registro de 22 mil 407 policías municipales; para el año 2020 la cifra ascendió a 25 mil 386.
Es contradictorio que quienes estén como encargados de velar por la seguridad sean quienes atenten contra la integridad de los ciudadanos.
Y es que la inseguridad es el tema que más preocupa a los habitantes del Estado de México, siete de cada diez así lo expresan en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2023)
Uno de los delitos que, entre otros, se les atribuyen a estos mandos es el de la extorsión; al respecto, un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) que se elaboró en 2023 con motivo de la elección de gobernadora en la entidad mexiquense, señala que en el año 2022, cuatro de cada 10 carpetas de investigación se relacionaban con este ilícito que, al registrarse, incrementa el desempleo, reduce los bienes disponibles y desincentiva la inversión.
La magnitud de este ilícito la podemos observar en este estudio del IMCO que puntualiza que la extorsión es la amenaza de seguridad que más rápido ha crecido en el Estado de México desde el año 2017 y representa la segunda tasa más alta de incidencia a nivel nacional, sólo después de Zacatecas.
Hay especialistas que relacionan este vínculo con grupos criminales o como causa de los actos de corrupción por el salario que perciben los integrantes de los cuerpos de seguridad pública municipal.
Pero ¿cuánto perciben los policías municipales?
De acuerdo con los documentos de “Análisis y Estadísticas. Los Gobiernos Municipales en México volumen III: Seguridad Pública, Justicia y Buen Gobierno”, del INEGI, en el Estado de México de los más de 25 mil policías municipales, el 7.9 por ciento gana de mil a cinco mil pesos mensuales; el 24.6 por ciento de cinco mil un pesos a 10 mil pesos; el 60.5 por ciento de diez mil un pesos a 20 mil pesos y sólo el 6.9 por ciento más de 20 mil un pesos.
En cuanto a prestaciones laborales, de 123 municipios que brindaron información, en la totalidad otorgan aguinaldo; en 106 vacaciones; en 105 prima vacacional; en 51 días de permiso; solo 42 un seguro de vida; 15, servicios médicos; únicamente siete servicios psicológicos y 12 apoyos para gastos funerarios.
La pregunta que nos hacemos en el caso de esos mandos es: ¿Qué ocurrió con sus exámenes de control de confianza? No olvidemos que tienen el propósito de fortalecer la credibilidad, eficacia y operatividad en las instituciones de seguridad y sobre todo alejados de la corrupción.
@periodistamex
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