La economía mexicana registró un rebote de 12.1 por ciento en el tercer trimestre de este año, respecto del segundo, un repunte insuficiente para compensar el colapso sin precedente ocurrido entre abril y junio pasados, cuando se contrajo 17.1 por ciento, confirmó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Si bien hay repunte, en los datos de la evolución de la actividad económica mes a mes –luego de que en junio se relajaron las medidas de distanciamiento social– el crecimiento se ha vuelto cada vez más moderado, de acuerdo con los datos publicados este jueves por el organismo.
En septiembre, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) registró un aumento de uno por ciento mensual, por debajo de lo reportado para agosto (1.4 por ciento) y julio (5.8 por ciento).
Al dar los datos definitivos para el producto interno bruto (PIB), el Inegi confirmó que la economía mostró en el tercer trimestre un decrecimiento de 8.6 por ciento, si se compara con el mismo periodo de 2019.
Pronósticos fallidos
Mientras tanto, en el resultado de los primeros nueve meses del año, el PIB se ha contraído 9.8 por ciento, respecto a igual periodo del ejercicio previo, una caída mayor a la estimada por organismos internacionales y el Estado mexicano. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional prevé una contracción de 9 por ciento para la economía de México este año; Banco de México de 9.3 por ciento y Hacienda de 8 por ciento.
El efecto que ha tenido la pandemia de Covid-19 en la economía mexicana no se limita a un resultado negativo respecto del año pasado. El valor actual del PIB en precios constantes fue de 16 billones 927 mil 83 millones de pesos entre julio y septiembre pasados, lo que –medido en precios constantes, para hacer comparables los periodos– revela que se tamaño actual es similar al que tuvo en 2014.
Los sectores más afectados en meses recientes son aquellos que conllevan mayor contacto entre las personas.
En precios de mercado, los servicios de esparcimiento, culturales y deportivos se encuentran 53.9 por ciento debajo de lo registrado entre enero y septiembre del año pasado; los de alojamiento y preparación de alimentos llevan una caída de 44.5 por ciento, reportó Inegi.
Prácticamente todo son caídas. Las excepciones son las actividades primarias que van desde la agricultura, la cría y explotación de animales, el aprovechamiento forestal, la pesca y caza, cuya contribución al PIB, en precios de mercado, aumentó 0.8 por ciento.
En los sectores industriales y de servicios los casos de crecimiento también son minoría y prácticamente a una tasa cercana a cero. La minería petrolera acumula un avance de 0.7 por ciento en 2020, los servicios de salud crecieron 0.3 por ciento y las actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales aumentaron 3.3 por ciento frente a enero-septiembre del año pasado.
El Inegi informó que la caída del PIB está propiciada por el desplome de las industrias y los servicios, las cuales cayeron 8.8 y 8.9 por ciento, respectivamente, frente al tercer trimestre de 2019.
Respecto al segundo trimestre de 2020, las actividades primarias crecieron 8 por ciento; las secundarias lo hicieron 21.7 por ciento y las terciarias 8.8 por ciento.
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