Segundo tiempo electoral

En estos momentos ya estamos en el segundo tiempo del periodo reglamentario de las campañas electorales en el Estado de México. Desde mi punto de vista las propuestas han quedado un poco al margen y dos son los temas que han predominado en el espectro: las encuestas y los debates.

Sobre el tema de las encuestas mucho se ha insistido en que son fotografías del momento; que se trata de intención del voto y que la mejor encuesta es la del 4 de junio cuando los electores estén en la intimidad de la mampara y crucen la boleta por la opción política que sea de su preferencia.

Lo certero de estos ejercicios podrá constatarse en las últimas horas de la jornada de votación y en las primeras del día siguiente.

En estos momentos el reto está en convencer y para ello las candidatas están en lo suyo: mostrar y demostrar capacidad; quién cuenta con las mejores propuestas para resolver los problemas que más aquejan a los mexiquenses, como lo es el de la seguridad pública, por ejemplo.

Convencer para motivar una amplia participación ciudadana el día de la elección. Convencer para que salga a votar el mayor número de mexiquenses inscritos en la lista nominal que rebasa los 12 millones y medio de ciudadanas y ciudadanos.

Y es que uno puede llegar a pensar que por tratarse de una votación a gobernador se garantiza una participación copiosa de electores y la realidad es que no.

Revisando las cifras electorales uno podría imaginar que los electores votan más en la elección de gobernador que por sus autoridades municipales y no es así. Es más fuerte la motivación local que la estatal. En las elecciones para renovar la titularidad del Poder Ejecutivo estatal los porcentajes jamás han rebasado 55 por ciento. 

Por ejemplo en 1999 el porcentaje de participación fue de 47.4 por ciento; en 2005 fue de 42.70 por ciento; en 2011 fue de 44.04 por ciento y en 2017 de 53.74 por ciento.

En contraparte en dos procesos en que se eligieron autoridades municipales, se obtuvieron los porcentajes de votación más elevados de 1996 a la fecha, como en el 2000 cuando sufragó 65.47 por ciento de los electores y en 2012, 64.6 por ciento.

Por eso es buen momento para desplegar toda la creatividad  y en la parte complementaria de este periodo de campaña se pueda convencer y motivar a un mayor número de ciudadanos rumbo al día de la elección.

Se trata de ir por quienes no tienen definida la intención de su voto.

Desde luego que no sólo es una labor que corresponde solo a las candidatas, también compete a los partidos políticos y por supuesto a las autoridades electorales que deben duplicar el esfuerzo para no ser sujetas de observación o comentarios descalificatorios por los mismos contendientes.

Está en juego el proyecto del Estado de México para los siguientes seis años; pero también no se debe dejar de lado que el resultado de las elecciones también impactará en la elección federal del siguiente año.

Vamos hacia la recta final de las campañas.

@periodistamex