Si el COVID se alimentara de nuestros miedos, ya se habría muerto

Este día de muertos quedó de manifiesto que los mexicanos no le tememos ni a la muerte. Que nos reímos de ella y nos hablamos de tú con el coronavirus.

Justo cuando en el mundo ha comenzado la segunda oleada del mortal virus Sars Cov2 -cuando en México se teme volver, de un momento a otro al semáforo rojo; cuando autoridades han advertido que es este el clima que más favorece al contagio de COVID-19 y que si no se cierran los comercios nuevamente es porque eso enterraría a la economía de los mexicanos- justo ahora, se ha demostrado que ya nadie le tiene miedo.

El día de muertos, y desde días anteriores, se han realizado fiestas y bailes, incluso cobrando la entrada, sin medida alguna, sin prevención, con mucho alcohol y burla de la pandemia, en diversos municipios del Estado de México.

Tan solo en Toluca, el día de muertos, la noche de halloween, las autoridades municipales disolvieron seis reuniones que superaban, con mucho, el número permitido de personas durante el semáforo naranja y, con ello, por supuesto, se rebasa 30 por ciento de la capacidad de los sitios de reunión.

Me viene a la mente la película de IT, el payaso siniestro que se alimentaba de los miedos y se fortalecía de ellos, pero se desinflaba y se hacía chiquito y nada peligroso cuando ya no le temían.

Ojalá el coronavirus fuera así, porque entonces tendería a desaparecer. Ya nadie le tiene temor. En San Mateo Atenco también, autoridades municipales y estatales resguardaron un local en donde las bebidas y mesas estaban listas para recibir a los departientes. Ahí amenizarían la reunión 3 grupos sonideros.

En Tianguistenco se anunció la apertura e inauguración del bar “La Joya”, los días 31 de octubre y primero de noviembre, la cual fue detenida por el ayuntamiento días antes.

En Toluca, desde una semana antes, hubo un gran baile, con banda y todo; cobraron la entrada a 150 pesos por persona y sin sana distancia, sin cubrebocas; bailaron, bebieron y le mentaron la madre al coronavirus.

En Villa Guerrero, se tiene citada a una gran reunión para el próximo domingo 8 en la plaza de toros La Tecualoyan.

Esta de verdad es de gran magnitud, pues habrá competencia de jaripeo. Los boletos se venden en locales y por teléfono, desde 250 hasta 350 pesos y, aunque dice que habrá “cupo limitado”, se habla de por lo menos cinco ranchos participantes.

Vecinos de la localidad aseguran que este no es el primer evento de su tipo, y que las reuniones multitudinarias se han venido realizando con la anuencia de la presidencia municipal.

Pero, desgraciadamente, el coronavirus no se ha desinflado ante tanta falta de respeto y temor a su persona; éste, por lo visto, contrario a It, se alimenta de los #covidiotas – trending topic-, porque los números oficiales ya repuntaban hace dos semanas. No habrá que perderlos de vista de aquí a nueve días, a ver cuántos resultan positivos.

Pero esperemos que, así como no le temen al COVID, como dice Luis Miguel “no culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia…” no culpes al gobierno, yo le aumentaría. Que asuman su responsabilidad de no cuidarse en un momento donde aún no hay medicamento para combatir el virus y tampoco la vacuna.

Ya sólo para cerrar, los datos COVID del Estado de México, según el mapa oficial del CONACYT al primero de noviembre fueron: 98 mil 365 casos confirmados; 13 mil 995 defunciones oficiales; 57 mil 472 sospechosos y 30 mil 570 casos activos-que esperemos no hayan ido a una de esas fiestas- que son gran fuente de contagio.

Pues con este panorama, que parece pondrá en jaque otra vez al sector salud de México y del Estado de México, empezamos noviembre, en el cual quedó claro que el poder de convencimiento de las autoridades no sirve de nada cuando alguien ya decidió terminar con su confinamiento. Y aún falta el 12 de diciembre, la mega celebración de la virgen de Guadalupe. Ahí les encargo…


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