La diputada del Partido Acción Nacional (PAN), Brenda Escamilla Sámano, trató un tema relevante. Propuso que en las escuelas de nivel básico, medio y medio superior, menores y adolescentes cuenten con el apoyo de psicólogos y nutriólogos que los ayuden a alcanzar una mejor calidad de vida.
La propuesta es muy buena, pues como dijo Brenda Escamilla: “si no se observa esta situación, es posible visualizar un futuro de descomposición y violencia mayores a los de hoy, y de trastornos alimenticios incontrolables si no atendemos a tiempo la preocupante situación que viven niñas, niños y adolescentes mexiquenses”.
La depresión, ansiedad y baja autoestima son síntomas que miles de niñas y niños mexiquenses enfrentan a diario, asegura la legisladora. Esto es cierto, la problemática debe de ser atendida.
Justo están a tiempo legisladoras y legisladores mexiquenses para tomarla en cuenta, y muy en serio, ahora que van a aprobar el presupuesto para 2021. Veremos si es real su interés y consideran una partida especial para que niños y adolescentes cuenten con sicólogos y nutriólogos que los escuchen y atiendan.
Pero diputados y diputadas saben que para atender y aterrizar cualquier propuesta se requiere de recursos, dinero contante y sonante. Es muy fácil soltar ideas, pero sin presupuesto que respalde difícilmente podrá lograrse cualquier buen idea.
Y nada más para tener una idea de cuánto se requiere, considerando sólo las escuelas de nivel básico (kínder, primaria y secundaria), para concretar una propuesta como esta, en el Estado de México hay 3 millones 300 mil estudiantes, atendidos por 142 mil maestros; es decir, 23 alumnos por docente.
¿Cuál es la propuesta? ¿Un sicólogo y un nutriólogo para una escuela?, es decir, ¿uno para atender hasta mil 500 estudiantes? ¿Es suficiente? ¿Se asignaría uno con determinada cantidad de pacientes?
Dejemos a uno por escuela, no importa el número de comunidad estudiantil, y considerando 11 mil pesos de salario mensual, entonces hablamos de 440 millones de pesos los que el Congreso debería asignar, sin considerar los espacios que el sicólogo y el nutriólogo deben tener en el plantel para la atención.
Ahora, en otro escenario, si se consideraran 100 alumnos por cada uno, hablamos de que se requieren 33 mil sicólogos y 33 mil nutriólogos. Entonces pagar a 66 mil con el promedio, hablamos de 726 millones de pesos.
Insisto, la propuesta es buena, como son muchas las buenas ideas de los legisladores que se han quedado en eso, sólo en buenas ideas. Y estos números sólo son los planteles y alumnos de nivel básico, falta media superior y superior.
Es importante presentar una propuesta seria, no sólo buscar que sea un tema mediático. No se trata sólo de señalar la problemática, y menos si está en sus manos realmente resolver. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
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