Temoaya, ha llegado a ser catalogada como una capital del tapete, con una feria que se hace anualmente y un grupo de artesanos que se evocan a esta técnica, lo cual, le ha dado identidad cultural a la demarcación, aunque no siempre fue así.
En dicho territorio existe una sociedad cooperativa conformado por diferentes grupos, principalmente de artesanas; uno de estos encabezado por Gloria Palacios, quien fue una de las pioneras en dicha práctica.
La adulta mayor, relata que fue a mediados del siglo pasado que la técnica fue enseñada a las comunidades del municipio como intento de impulsar su economía.
“Nosotros aprendimos a hacer el tapete anudado a mano porque nos trajeron la técnica, eso fue en el año de 1969, ese aprendizaje lo trajo TAPEMEX y Banco de México y es por eso que se comenzó a hacer este lindo trabajo”, señaló.
Mencionó que esta técnica, no solo vino a apoyar a la ciudadanía, sino que le dio identidad a la demarcación.
“Creo que a todas nos ha ayudado, al municipio también, porque se dio a conocer también por el tapete, que ahora es parte de las cosas por las que se conoce a Temoaya”, apuntó la artesana.
Sin embargo, comenta que la producción fue decreciendo debido a que cada vez son menos los artesanos que lo desarrollan a causa de la disminución en ventas.
“Antes si había mucha venta de tapete, éramos como unos 40 o 50 grupos que los trabajábamos, pero ya bajó mucho y ahora con todo esto de la pandemia, si somos unos 10 grupos es mucho”, mencionó Palacios.
Esto se lo atribuye también a que el tapete es un producto caro, a causa del esfuerzo y tiempo que se requiere para fabricarlo; sin embargo; asegura que la duración del mismo es de décadas.
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“Esto está decayendo bastante porque pues el tapete es caro, porque también se lleva uno mucho tiempo en hacerlo; 2 meses, 6 meses, ¡hasta un año los más grandes!, y su duración es de 70 a 75 años, según el mantenimiento”, apuntó la productora.
Comentó que se ha buscado que el oficio prevalezca heredándolo en las familias y consideró que también es una forma de emplear a los adultos mayores, toda vez que en su grupo se encuentran integrantes que van de los 60 a 75 años.
“En mi familia todos lo sabemos hacer, le enseñé tanto a mis hijos como a mis nietas y nos juntamos también con unas compañeras, que ya lo sabíamos hacer, para formar un taller.
Creo que a la gente mayor nos viene bien porque como ya no nos ocupan para trabajar en la casa, pues este tapete nos ayuda mucho para poder arrimar algo al hogar”, detalló Palacios.
Finalmente, consideró que es importante compartir el conocimiento con la ciudadanía, por lo que ha invitado a las nuevas generaciones para enseñarles la técnica.
“Siempre he invitado a los jóvenes del municipio a que si quieren aprender a hacer el tapete, pues que vengan, yo los enseño una hora o dos horas y con todo gusto, para que esta técnica tan bonita que nos trajeron no se pierda, concluyó.
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