Hace 30 años Doña Enriqueta se vio en la necesidad de buscar una fuente de ingresos, luego de que su esposo perdiera su empleo, por lo que empezó a elaborar pequeñas figuras navideñas con varas de perlilla, ocoxal y piñas de pino, entre otros materiales que rescataba del bosque en su tierra natal: Tlalmanalco.
“Para hacer un negocio hay que invertir, si no pega, pues la inversión se pierde. Hace 30 años decidí con mis niños hacer esto, juntar el material en el campo, dije ‘si hago figuras y no se venden no importa que ahí quedan, no se pierde porque no le invertí mucho’, así fue como inicié en esto”, compartió Enriqueta Ruiz, artesana originaria del Pueblos de San Juan.
Artesanías navideñas, oficio familiar
Sus hijas y su yerno han aprendido este oficio y hoy diseñan y elaboran diversas figuras de temporada como venados, canastas, cuernos de la abundancia, coronas y otras, lo que les ayuda a solventar gastos de una buena parte del año.
Mientras que Marichuy también se dedica a la elaboración de figuras de temporada desde hace 38 años, sus conocimientos como profesora de Artes Plásticas le ha permitido desarrollar diseños propios.
Sin embargo, la llegada de productos navideños de origen chino les ha significado una competencia desigual ya que al ser industrializados son de menor costo para los consumidores y su trabajo comienza a ser devaluado.
“Invito a la gente que venga a ver lo que elaboramos porque hay gente que se inclina por lo chino y acá nos regatean cuando nos ganamos un quinto honradamente y nos piden muchas rebajas, como que no valoran nuestro trabajo”, afirmó Marichuy con gesto de indignación.
Por su parte, Bernardino Rodríguez, otro de los artesanos que trabajan y venden sus artesanías en un corredor instalado a un costado de la carretera México-Cuautla, señaló que la elaboración de cada artesanía, dependiendo de su tamaño y forma, puede tardar hasta seis días.
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DB