La gente Del Valle de Toluca jamás se lo imaginó, y hoy están aterrorizados cuando la capital mexiquense se convirtió en un escenario de la delincuencia organizada.
La mañana de este miércoles, los habitantes despertaron con un espectáculo aterrador. Los restos de un hombre colgaban de un puente peatonal sobre Paseo Tollocan, frente a Ciudad Universitaria, en el municipio de Toluca. Este macabro hallazgo, acompañado de un mensaje intimidatorio atribuido a la delincuencia organizada, ha sumido a la ciudadanía en el pánico.
El horror no terminó ahí. Posteriormente, se encontraron más restos humanos, aparentemente pertenecientes a la misma persona, dentro de bolsas de basura, en la colonia Lomas Altas. Junto a estos macabros descubrimientos, también se encontraron mensajes con amenazas. Estos hechos son un recordatorio de que el crimen organizado se extiende por el país.
Es inevitable relacionar estos acontecimientos con la inminente conclusión de la gestión de Alfredo del Mazo y el próximo mandato de la gobernadora electa, Delfina Gómez. Algunos analistas sugieren que estos actos horripilantes son un mensaje claro de la delincuencia organizada, una forma de posicionarse y negociar con el nuevo gobierno. Aunque esto es solo una conjetura, no podemos ignorar la gravedad de la situación.
Toluca, la capital del estado más poblado del país, no puede permitirse llegar a los niveles de violencia que afectan a otras entidades. Es fundamental que las autoridades, tanto salientes como entrantes, actúen de manera contundente para frenar esta ola criminal. Los ciudadanos merecen vivir en un entorno seguro y tranquilo, y es responsabilidad de las autoridades garantizar su bienestar.
La gobernadora electa, Delfina Gómez, asumirá su mandato en unos meses y se enfrentará a un enorme desafío: combatir la inseguridad. Su éxito en esta tarea dependerá en gran medida de su capacidad para implementar estrategias efectivas y colaborar con todas las fuerzas de seguridad pertinentes. Los ciudadanos exigen una respuesta firme y contundente.
La violencia en Toluca no puede ser ignorada ni minimizada. Es urgente que tanto la administración entrante como la saliente consideren que no es cosa mínima. La ciudadanía necesita sentirse protegida y confiar en que las autoridades están haciendo todo lo posible para salvaguardar su seguridad.
Toluca merece ser reconocida por su riqueza cultural, su historia y su gente trabajadora, no por los actos violentos que ensombrecen la imagen. Se deben tomar medidas drásticas y demostrar que la violencia no tiene cabida en esta ciudad. Veremos cuál será la respuesta de las autoridades ante este acto que ha cimbrado a los toluqueños.
TAR